Presa de Cerrajera

Ubicación: Alcoba de la Ribera (Cimanes del Tejar)

Río: Órbigo

Fecha de construcción: Orígenes en el siglo XIV

Cola de la presa: 42 kilómetros

Capacidad: Sin datos

Potencia instalada: 19'20 MW (Alcoba: 9'60 MW; Cimanes: 9'60 MW)

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La Presa Cerrajera busca un reconocimiento institucional. Este cauce histórico, que nace y muere en el río Órbigo después de recorrer 42 kilómetros, desde Villanueva de Carrizo hasta las inmediaciones de Cebrones del Río, tiene su origen en la cesión que de las aguas del Órbigo hace el hijo de Sancho IV el Bravo, el Infante Don Felipe, al Deán y Cabildo de la Catedral de Astorga para que dichas aguas llegaran a Santa Marina del Rey. “Era el año 1315 y se firmó esta cesión en el castillo de Palacios de la Valduerna. Sólo 87 años más tarde ya aparece el primer enfrentamiento por la alteración de su cauce contra quien así había procedido, el Adelantado Mayor de León y Asturias Pedro Suárez de Quiñones. En una carta ejecutoria de Don Enrique III en el año 1397 se da la razón al Deán y Cabildo de la Catedral de Astorga contra Suárez de Quiñones obligándole a dejar las cosas como estaban y “resfacerla a su costa”, cuenta Martín Manceñido, más conocido por ser el presidente de los donantes de sangre, que es a la vez uno de los promotores del reconocimiento de esta presa leonesa.


Uno de los aspectos menos conocidos es la red de molinos que generó este cauce histórico y que bien merecen una visita. “La presa generó una completa red de molinos” explica Manceñido. En un documento de 1770 se pueden ver dibujados 42 de estas construcciones, desde Alcoba hasta Villazala, más otros 14 desde Villazala hasta la desembocadura, nueve en Valdefuentes, tres en Azares y uno en Regueras de Abajo. En total, 56 molinos en 40 kilómetros de recorrido.


“A nadie se le escapa que disponer de harina o aceite de linaza era de vital importancia para el sustento diario tanto de personas como de animales. La presencia de tantos molinos se explica por el hecho de mantener un caudal adecuado para este fin, es decir, un molino movido por agua tiene que reunir unas condiciones adecuadas, donde el exceso de corriente es tan negativo como la falta total de la misma. Además una práctica de todos los molineros era la de acumular o embalsar agua en las inmediaciones del molino para “soltarla” a media que las piedras de moler la necesitaban. Esa operación de embalse se denominaba “apresar agua” o “hacer reboños””, señala Manceñido.


Algunos de esos molinos como el llamado Molino Mariano, en Valdefuentes del Páramo, sirvió para producir luz eléctrica en el año 1927, unos cuantos años antes de llegar la electrificación de las empresas distribuidoras. “La riqueza, por tanto, que supuso la Presa Cerrajera es inconmensurable, difícil de evaluar con la perspectiva de hoy día. En estos momentos siguen en pie todavía 10 molinos en su recorrido, algunos de los cuales en un estado aceptable y otros perfectamente recuperables”, añade uno de sus principales promotores.


La creación de un “pasillo o paseo verde” a lo largo de su recorrido y su declaración como BIC deben ser acciones prioritarias, pero no las únicas, a juicio de la asociación que lo promueve. Esa declaración debe completarse con otras medidas medioambientales, “necesarias para la preservación no solo del cauce y la ribera que crea a su alrededor, sino de un territorio y una población necesitada de actuaciones sostenibles que reorienten su futuro”.


Valdefuentes es una de esas poblaciones marcadas por el devenir de la Presa Cerrajera y sus molinos. Aún hoy se puede contemplar el único molino de linaza operativo de la provincia de León, propiedad de la familia de Cándida Salvador, que debería convertirse en una muestra permanente para el futuro de tan curiosos artilugios. Un tercio de sus tierras están al oeste y han sido beneficiadas por el riego de la Presa Cerrajera desde siempre.


Los molinos forman parte del paisaje de León, pero a buen seguro que este paseo por la Presa Cerrajera es desconocido para muchos leoneses. Por eso debe y puede ser mucho más apasionante.