HISTORIA
Se conocen vestigios de poblamiento en el territorio que ocupa Toro desde la Segunda Edad del Hierro. Posteriormente en dicho emplazamiento hubo un castro que fue disputado entre tribus vettonas y vacceas, llamándole estas últimas a la ciudad "Arbocala" o "Arbucala". De los vettones queda como principal vestigio un verraco de piedra al que le debe el nombre la ciudad actualmente ("Toro"). Tras el paso de los romanos por la Península Ibérica se abrió la Edad Media en ella. Así, Toro fue reconquistado a finales del siglo IX por Alfonso III de Asturias y León, que la repuebla, algo que repetirá su sucesor García I de León que llevará a cabo una nueva repoblación de la ciudad. En las guerras fronterizas entre León y Castilla entre los siglos X-XIII Toro jugó un papel esencial actuando como bastión leonés frente a los ataques castellanos a la parte oriental del reino, haciendo valer así su privilegiada posición sobre el valle del Duero. Fruto de ello el rey Alfonso IX de León le concedió Fueros en 1222 siendo, tras la muerte de este rey, el concejo de Toro el primero de los leoneses en reconocer a Fernando III como rey de León en 1230, proclamando en el alcázar de la ciudad.
Detalle del Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Toro, construida en el siglo XII
Cabe señalar que Toro tuvo durante toda la Edad Media representación y voto en las Cortes del Reino y de la Corona. De este modo, Toro estrenó su representación en las Cortes del Reino de León de 1188, que fueron las primeras en la historia mundial en que hubo representantes del pueblo llano, conservando la ciudad este privilegio hasta las últimas Cortes privativas del Reino de León, celebradas en 1349 por Alfonso XI, monarca que aunque nacido en Salamanca fue criado en Toro. De esta manera, Toro siguió representado hasta las Cortes de la Corona de León y Castilla de 1425, en que se le privó de representación recuperando su derecho a voto en las de 1435. De este modo, Toro pasó a ser una de las cuatro ciudades leonesas con derecho a voto en las Cortes junto a Salamanca, León y Zamora, algo a lo que apenas tenían derecho diecisiete ciudades entonces (aparte de las cuatro urbes leonesas citadas las de Sevilla, Jaén, Córdoba, Burgos, Ávila, Segovia, Soria, Valladolid, Madrid, Guadalajara, Toledo, Cuenca y Murcia) a las que se sumó Granada tras la toma de la misma en 1492.
Ubicación de Toro en un mapa de 1710
Pero si por algo se hizo famoso Toro fue por la batalla que en sus proximidades tuvo lugar en 1476 entre los partidarios de Juana 'la Beltraneja' y los de Isabel 'la Católica' de cara a ser coronadas como sucesoras de Enrique IV en el trono de la Corona de León y de Castilla. La victoria de los isabelinos en la batalla de Toro fue crucial de cara a la victoria final de Isabel I y, de este modo, de cara a la configuración posterior de España, ya que mientras los isabelinos representaban la unión bajo un mismo monarca de las Coronas leonesa, castellana y aragonesa, los juanistas representaban la de las Coronas leonesa, castellana y portuguesa. De esta manera, pese a haberse situado Toro del lado de Juana 'la Beltraneja' tras la batalla realizada en sus inmediaciones le hizo acabar sucumbiendo a los isabelinos. Posteriormente en 1505 se promulgaron en Toro una serie de leyes destinadas a unificar la legislación existente en los diferentes reinos de la Corona. Estas fueron conocidas como las "Leyes de Toro", teniendo una importancia clave de cara a entender la evolución del sistema jurídico español al suponer un importante punto de inflexión y es que las 83 Leyes aprobadas en Toro se mantuvieron vigentes hasta la promulgación del Código Civil en 1889. Finalmente, en 1521 Toro, al igual que Zamora, Salamanca y León apoyó el movimiento de las Comunidades frente a Carlos I, teniendo lugar cerca de la ciudad toresana la batalla de Villalar donde fueron derrotadas las tropas comuneras por las de Carlos I y que supuso el principio del fin de esta revuelta que finalizaba en Toledo en 1522.
Representación pictórica del bando vencedor en la batalla de Toro de 1476
Por otra parte, al crearse las provincias en 1528 para la representación en Cortes Toro fue titular de una de ellas, representando (aparte de al propio partido de Toro) a los de Reinosa, Palencia y Carrión. Tras sufrir la pérdida del partido de Palencia de la provincia en 1656, la provincia de Toro quedó fragmentada en tres partes inconexas entre sí, a pesar de lo cual la provincia toresana pervivió hasta 1804 en que el partido de Toro de la misma se integró en la provincia de Zamora. Pese a ello, Toro siguió ejerciendo hasta 1820 el derecho a voto en las Cortes españolas como así lo hizo en las Cortes de Cádiz de 1812, las cuales suponen el punto de partida del constitucionalismo español.
-Colegiata de Toro. Se inició en 1.170 dilatándose su construcción hasta el siglo XIII. Su parte más célebre es el Pórtico de la Majestad, de una perfecta factura y donde destacan sus hermosas tallas y la policromía de las mismas. También hay que destacar su cimborrio, que forma parte del llamado grupo de cimborrios leoneses, que son una serie de cimborrios románicos con influencia del estilo bizantino, algo que sólo se dió en España en el área geográfica ocupada por el antiguo Reino de León.
Vista de la Colegiata de Toro al atardecer (Foto: Vinasa)
-Torre del Reloj. Se construyó en el siglo XVIII en estilo barroco sobre sobre la Puerta del Mercado (de la primera muralla de Toro del siglo X). Tradicionalmente se ha venido manteniendo que su mortero se amasó con vino al abundar más éste que el agua en la ciudad.
La Torre del Reloj de Toro
-Iglesia de San Salvador de los Caballeros. Construida en el siglo XII en románico mudéjar posee una planta basilical dividida en tres naves. Debe su nombre a haber pertenecido a la Orden del Temple.
Iglesia de San Salvador de los Caballeros
-Iglesia de San Lorenzo el Real. Construida en el siglo XII en románico mudéjar consta de una sola nave destacando en ella el retablo del siglo XV que la preside, obra de Fernando Gallego. El sobrenombre de "el Real" le viene de los Castilla-Fonseca (descendientes bastardos de Pedro I 'el Cruel') que se encuentran enterrados en ella. En ella se llegaron a reunir las Cortes de la Corona de León y Castilla.
Iglesia de San Lorenzo el Real
-Ermita de la Virgen de la Vega o del Cristo de las Batallas. Construida en el siglo XIII en estilo románico mudéjar en su interior alberga al Cristo de las Batallas, notable talla que ha hecho que tradicionalmente se le venga llamando así a la ermita.
Ermita de la Virgen de la Vega
-Iglesia de San Pedro del Olmo. Fue erigida a principios del siglo XIII en estilo románico mudejar. Pese a haber perdido buena parte de su fábrica aún conserva un ábside y un arco bastante notables.
Puerta meridional de la iglesia de San Pedro del Olmo
-Iglesia del Santo Sepulcro. Dividida en tres naves fue construida en el siglo XII perteneciendo originalmente a la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro pasando a depender en el siglo XV de la Orden de Malta.
Interior de la Iglesia del Santo Sepulcro
-Iglesia de San Julián de los Caballeros. Pese a que sus orígenes sitúan la iglesia original entre los siglos X y XII el actual iglesia data del siglo XVI siendo obra de Gil de Hontañón. En su interior destaca el retablo mayor el púlpito y el retablo lateral al lado de la Epístola.
Iglesia de San Julián de los Caballeros
-Alcázar. Fue construido durante el reinado de García I de León en los primeros años del siglo X, siendo coetáneo al primer recinto amurallado. Este alcázar fue precisamente el último baluarte de Juana 'la Beltraneja' en el siglo XV antes de ser vencida en sus pretensiones al trono por Isabel 'la Católica'.
Alcázar de Toro
-Muralla. La existencia de la muralla de Toro no se podría entender sin la facilidad que brinda la ciudad para poder vigilar la vega del Duero y la ventaja estratégica que collevaba poseer Toro, por lo que fue un baluarte defensivo fundamental del reino leonés frente a los musulmanes y los castellanos. De este modo, Toro tuvo tres recintos de muralla, el primero data de la época en que García I de León hizo de Toro un baluarte frente a los musulmanes. De este cerco apenas quedan restos entre el puente medieval y el alcázar. El segundo amurallamiento (del que son la Puerta del Postigo o la Puerta del Mercado) lo mandaron construir Fernando II y Alfonso IX de León para reforzar la ciudad ante la posibilidad de que la ciudad fuese atacada por los castellanos por el este. Del último amurallamiento proceden las puertas de Corredera y de Santa Catalina, siendo reedificada al derrumbarse esta última en el reinado de Fernando VI.
Arco del Postigo de la Muralla de Toro (Foto: Vicmael)
-Convento de Sancti-Spíritus. Fundado en el siglo XIV por la infanta portuguesa Teresa Gil fue posteriormente reformado sucesivas veces hasta el XVII.
Claustro del Convento de Sancti-Spíritus de Toro
-Plaza de Toros. Construida en 1828 supone una de las mas bellas plazas de toros del Reino de León fruto de la cual está declarada Bien de Interés Cultural.
-Verraco o Toro de Piedra. De origen prerromano se trata de una escultura de un toro labrada en granito. Este tipo de esculturas eran muy comunes en los antiguos vettones y así podemos encontrarlas en otros lugares del País Leonés poblados por vettones antes de la llegada de los romanos como San Felices de los Gallegos, Villardiegua de la Ribera, Salamanca, Ledesma o Lumbrales. Se cree que Toro debe su nombre a esta escultura.
El 'Verraco' o Toro de Piedra
-Puente románico. De estilo románico fue construido en el siglo XII por mandato de los reyes leoneses de cara a facilitar el acceso a la parte sureste del Reino de León.
Puente románico de Toro (Foto: Manteconan)
-Ayuntamiento. Fue construido en el siglo XVIII por Ventura Rodríguez tras el incendio de la anterior casa consistorial en 1761.
Fachada del Ayuntamiento de Toro
-Palacio de los Condes de Requena. Erigido en el siglo XV como mansión de los condes de Requena destaca en él su claustro.
Claustro del Palacio de los Condes de Requena
-Palacio de las Leyes. Construido en la Edad Media fue propiedad de la Corona de León y Castilla y en él se redactaron en 1505 las famosas "Leyes de Toro". En 1923 sufrió un grave incendio que acabó con su interior y toda su estructura mudejar.
Portada del Palacio de las Leyes de Toro
-Palacio de los Marqueses de Alcañices. De estilo renacentista en él tuvo lugar en 1552 la boda de la hija de Carlos I de España, Juana, con el príncipe heredero de Portugal don Juan Manuel.
Detalle del Palacio de los Marqueses de Alcañices
-Ermita de Ntra. Sra. del Canto. Alberga en su interior a la patrona de la ciudad, la Virgen del Canto, representada por una preciosa talla del siglo XII. Cabe señalar también el retablo, del siglo XVIII.
Espadaña de la Ermita de Nuestra Señora del Canto
-Iglesia de la Trinidad. Con restos arquitectónicos de la edificación original del siglo XII-XIII fue reedificada en el siglo XVI. Cabe destacar el retablo así como las tallas y pinturas que alberga el templo.
Iglesia de la Trinidad de Toro
-Iglesia de Santo Tomás Cantauriense. Originaria del siglo XII la actual iglesia data del siglo XVIII destacando en su interior el retablo frontal así como el retablo lateral conocido como "retablo de la Virgen de la Leche".
Iglesia de Santo Tomás Cantauriense
-Iglesia de San Sebastián de los Caballeros. Original del siglo XIII fue reedificada en 1516 por Fray Diego de Deza.
Iglesia de San Sebastián de los Caballeros
-Monasterio de Santa Sofía. Edificado en el siglo XIV destaca en él el torreón y el patio de la Cisterna.
Patio del Monasterio de Santa Sofía de Toro
-Casa de la Nunciatura. Destaca en él su herrería con un balcón renacentista y las dos rejas de red que posee.
Casa de la Nunciatura de Toro
-Palacio de Bustamente. Fue construido a finales del siglo XV habiendo llegado a alojarse en él Santa Teresa de Jesús.
Palacio de los Bustamante
-Palacio de los Marqueses de Castrillo. Erigido en el siglo XVI actualmente es utilizado como Casa de Cultura.
Patio del Palacio de los Marqueses de Castrillo
-Puente de Corredera. Edificado en 1602 como puerta decorativa en las antiguas murallas medievales, se realizó la misma para recibir a Felipe III en la ciudad.
Arco o Puente de Corredera
-Real Monasterio de Santa Clara. Fue fundado por Doña Berenguela, hija de Alfonso X.
Detalle de las cornisas del Monasterio de Santa Clara
-Teatro Latorre. Fue construido en el siglo XIX en estilo isabelino.
Detalle del techo del Teatro Latorre